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La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

Son falsas estas declaraciones de Chinda Brandolino sobre vacunas

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • En la Argentina, a diferencia de lo que señaló Brandolino, no existe el tráfico de órganos. Así lo informó el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).
  • Los órganos, por último, no son vendidos a la industria cosmética: la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohíbe las “células, tejidos y productos de origen humano” como materia prima para cosméticos.
  • No existe una asociación causal entre las vacunas y el autismo en los niños y niñas y las vacunas no están elaboradas con fetos abortados.

Circula un video en redes sociales un video de Chinda Brandolino, una médica de La Plata que suele viralizar desinformaciones (ver acá, acá y acá) sobre el nuevo coronavirus, en el que se afirma que “el negocio más rentable con los fetos es la venta de órganos, sobre todo en la industria cosmética”, que “los fetos abortados se utilizan para elaborar las vacunas triples virales” y que “las vacunas producen autismo en los niños y niñas”. Todo esto es falso.

El video -con más de 7 mil compartidos en Facebook- es un fragmento del programa “Nada Personal” que se emite por Canal 9, conducido por Viviana Canosa, del 7 de diciembre último, y ya fue verificado por Chequeado (acá y acá).

El mito de las vacunas elaboradas con fetos abortados

“A los fetos abortados, los utilizan para hacer vacunas. (…) MRC-5 en las triples virales significa `Tejido pulmonar de feto varón caucásico de 14 semanas de gestación´. Lo dice oficialmente la caja de la vacuna”, afirmó Brandolino en el programa de Canosa.

Esto se trata de una desinformación y no es la primera vez que circula en redes sociales. Este mito comenzó a circular en marzo de 2019 tras una publicación de Brandolino en Facebook.

En aquella oportunidad, la médica platense dijo que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) había confirmado que 5 vacunas incluidas en el calendario de vacunación fueron creadas a partir de fetos abortados.

La versión de que las vacunas contra la hepatitis A, rubéola, varicela, herpes zóster y rabia poseen células de fetos abortados surge luego de que apareciera en redes una supuesta respuesta a un pedido de acceso a la información pública hecho a la ANMAT. La entidad afirmó que esas vacunas poseen “líneas celulares MRC-5 y WI-38, ambas compuestas por fibroblastos tomados de pulmón de feto humano”.

Sin embargo, eso no significa que todas las vacunas fabricadas con esa línea celular tengan células de fetos abortados. Carla Vizzotti, ministra de Salud de la Nación, explicó a Chequeado en esta nota que “una línea celular surge a partir de una única célula humana obtenida en algún momento”, y que “luego se utilizan copias de esa célula”, por lo tanto “es falso que se necesitan fetos abortados para producir una vacuna, ya que se produce con una copia de esa célula original”.

Además, según precisó Vizzotti, las células originales “se obtuvieron de un feto en la década del 60 durante un brote de rubeola y se trató de un aborto causado por un síndrome de rubéola congénito secundario a una infección por el virus de la rubéola” (para acceder a investigaciones sobre el tema ver acá, acá, acá).

Por último, Guadalupe Nogués, doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y experta en la discusión pública sobre vacunas, publicó en su cuenta de Twitter 3 “hilos” que explican este mito. “Una línea celular humana se originó con células humanas en algún momento, pero las células de una línea celular que se usan hoy en un laboratorio son hijas de otras que estuvieron en un laboratorio. O sea que no se usan ‘fetos’ para hacer estas vacunas, sino líneas celulares que sí provinieron una vez de un feto”, señaló Nogués.

Las vacunas no provocan autismo

Gustavo Sevlever, médico del Laboratorio de Neuropatología de FLENI y director de Docencia e Investigación de la institución, explicó a Chequeado que este mito lo inició el médico inglés Andrew Wakefield en la década del 90 y que, “desde entonces, cualquier conexión directa entre el autismo y la vacuna ha sido desacreditada por estudios investigando la epidemiología del autismo y los efectos biológicos de la vacuna”.

Tras los dichos de Wakefield, la Organización Mundial de la Salud (OMS) encargó en 2002 una investigación sobre el riesgo de autismo asociado con la vacuna MMR donde se concluyó que no existe una asociación causal entre la vacuna y el autismo o trastornos autistas. Wakefield tuvo que retractarse de su trabajo y perdió su licencia (ver acá).

Del mismo modo, el Statens Serum Institute (SSI) de Copenhague (Dinamarca) realizó entre 1999 y 2010 un estudio en 650 mil niños y niñas donde concluyó que no existe una asociación entre la vacuna y el autismo.

La venta de órganos está prohibida en la Argentina

“El primer destino más rentable es el negocio de órganos, después del aborto mismo la venta de órganos entre 80 y 100 dólares”, señaló Brandolino en el programa de Canosa. Esto es falso.

En la Argentina, en primer lugar, el tráfico de órganos se encuentra prohibido y sancionado por la legislación vigente, Ley 27.447: “Quedan prohibidos toda contraprestación u otro beneficio por la donación de órganos, tejidos o células o la intermediación con fines de lucro”.

Además, María del Carmen Bacqué, ex presidenta del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), declaró en la Cumbre de Tráfico de Órganos realizada en el Vaticano en febrero de 2017 que en la Argentina no existe el tráfico de órganos, a diferencia de lo que señala Brandolino.

Según Bacqué, existe “un marco legal muy firme y restrictivo” en nuestro país, con “principios bioéticos muy determinados” que impide el turismo y la comercialización de órganos. Desde el Incucai confirmaron que “no existe ningún informe policial ni judicial de donantes o receptores que hayan recibido un trasplante en forma ilegal en Argentina”.

La Ley de trasplante de órganos, tejidos y células (Ley 22.447), expresa “el carácter voluntario, altruista, desinteresado y solidario de la donación de órganos y tejidos” y habilita sólo la donación entre personas vivas cuando existe una relación de consanguinidad de hasta el cuarto grado.

“La ley también requiere que un equipo externo evalúe al donante para que analice si efectivamente no existe ningún condicionamiento ni presión fuera de lo afectivo a la hora de tomar la decisión de donar un órgano”, señaló Bacqué.

Los industria cosmética no utiliza restos de órganos humanos

“Los restos de órganos de los chiquitos son vendidos a la industria cosmética”, afirmó Brandolino el lunes último. Esto también es falso.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) -que regula a los cosméticos a través de la Resolución 155/98– sostiene que los productos para la higiene personal, cosméticos y perfumes “son aquellas preparaciones constituidas por sustancias naturales o sintéticas o sus mezclas, de uso externo en las diversas partes del cuerpo humano”.

En la legislación vigente, la ANMAT detalla las 421 materias primas que no pueden “bajo ninguna circunstancia ser utilizadas en la formulación de Productos de Higiene Personal, Cosméticos y Perfumes”. Entre las sustancias prohibidas están las “células, tejidos y productos de origen humano”.

Además, Chequeado se comunicó con Silvia Pérez Damonte, doctora en Farmacia especialista en Producción de Cosméticos y docente en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien señaló: “Los ingredientes que se usan en cosmética no provienen de restos de órganos humanos de ninguna manera. Las empresas proveedoras de materias primas para la industria cosmética utilizan como fuentes de obtención recursos naturales derivados de plantas, marinos, minerales, desarrollos a partir de la biotecnología o sintéticos”.

Por último, en lo que refiere al ámbito internacional, existen instituciones (ver acáacá y acá) que reúnen a expertos que evalúan los ingredientes que se utilizan en cosméticos, la forma de obtención, pureza y aspectos de seguridad; y notifican a las autoridades correspondientes en cada caso sobre cualquier irregularidad.

Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.

Fecha de publicación original: 29/03/2021

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Comentarios

  • Carlos29 de marzo de 2021 a las 8:25 pmDejen de estar intentando controlar lo que veo o leo, no son mis padres
  • Yemaya2 de abril de 2021 a las 9:24 pmOpino que debes dejar que cada quien opine lo que Le venga en gana. Eso es libertad de expresión. Porque tengo que creer lo que unos digan a fuerza. Entre más se empeñen a obligar a la gente menos va creer. Y no se dejaran programar.

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