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¿Es verdad que beber cerveza quita la resaca?

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • La hipótesis de que tomar alcohol quita la resaca es un consejo que sobrevive al tiempo.
  • Sin embargo, no existe evidencia científica alguna que indique que se pueda quitar la resaca al continuar bebiendo alcohol. Los síntomas se pueden ir retrasando, pero llegarán igualmente, y probablemente con mayor intensidad.
  • En esta nota te explicamos de dónde viene el mito y si hay algo que se pueda hacer para remediar la resaca.
 

Última actualización: 06/05/2022

Brindis excesivos, fiestas descontroladas, celebraciones desfachatadas y una terrible sensación al día siguiente: estómago revuelto, mareos, dolor de cabeza. Sí, estimados, han caído presos de la resaca. Quizás inspirados en el dicho “un clavo saca otro clavo” (de dudosa efectividad en el amor) o simplemente con la esperanza de encontrar una cura sencilla para este mal, la hipótesis de que beber cerveza quita la resaca es un mito que sobrevive al tiempo.

Si bien hasta hace unos años, la resaca alcohólica se definía a partir de un único episodio de consumo excesivo de alcohol,  actualmente, se prefiere definir como la combinación de síntomas mentales y físicos negativos que se pueden experimentar tras un único episodio de consumo de alcohol, que comienza cuando la concentración de alcohol en sangre se aproxima a cero. 

¿Por qué a mí?

Las causas de la resaca (o veisalgia en términos técnicos) todavía no se conocen por completo y a lo largo del tiempo se han ensayado distintas hipótesis.

La más extendida a nivel popular es que beber alcohol causa deshidratación. Esto se debe, entre otras razones, a que el etanol  inhibe una hormona antidiurética llamada vasopresina y eso aumenta la producción de orina. Además, las personas que beben mucho durante varias horas probablemente no estén hidratándose adecuadamente durante ese período de tiempo. Sin embargo, los estudios no son muy concluyentes al respecto y plantean que es muy probable que la deshidratación explique algunos de los síntomas de una resaca (mareos, dolor de cabeza, aturdimiento y sed), pero destacan que hay otros factores en juego también.

Otra de las hipótesis para los síntomas de la resaca es que una ingestión excesiva de alcohol genera cambios en el metabolismo que hace que las células no sean capaces de realizar eficientemente distintas actividades como absorber la glucosa de la sangre o regular los niveles de electrolitos. Pero esta hipótesis tampoco está apoyada en la evidencia: los estudios muestran que las personas con resaca severa no tienen necesariamente niveles más bajos de electrolitos o glucosa en la sangre.

También se ha planteado  que la resaca está relacionada con los efectos del alcohol sobre el sistema inmunológico. Estudios más recientes muestran que parece existir una correlación significativa entre la gravedad de la resaca y ciertos biomarcadores del estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria. 

Una de las hipótesis más convincentes y que se sostenía firmemente hasta hace poco tiempo era que gran parte de los síntomas de la resaca resultan de la acumulación de un compuesto tóxico para nuestro organismo llamado acetaldehído. La mayoría del alcohol que ingerimos (etanol) se metaboliza en el hígado y el primer subproducto de ese proceso es el acetaldehído. En general, con una ingesta moderada, rápidamente el hígado lo convierte en otros productos que finalmente se eliminan.

Pero si tomamos de más, nuestro pobre hígado no da abasto y empieza a acumular acetaldehído, lo que produce síntomas como sudoración, enrojecimiento de la piel, náuseas y vómitos. Ciertas personas (en particular de origen asiático) metabolizan más lentamente el acetaldehído por una cuestión genética y no solo sufren resacas más severas sino que se ponen completamente colorados luego de beber. Sin embargo, los estudios más recientes muestran que la evidencia disponible sugiere que no hay una asociación significativa entre la concentración de acetaldehído en sangre y la gravedad de la resaca.

La última publicación del Grupo de Investigación sobre la Resaca del Alcohol (AHRG), el libro The alcohol hangover: causes, consequences, and treatment (La resaca del alcohol: causas, consecuencias y tratamiento) con motivo de los 10 años de su fundación, revisa todas estas hipótesis.

¿De dónde viene el mito?

El mito de que la mejor manera de evitar los síntomas es beber más alcohol en la mañana siguiente probablemente tenga su origen en una hipótesis que sostiene que la resaca es el primer estadio de un síndrome de abstinencia. Si esto fuera así, la lógica indicaría que seguir consumiendo alcohol en pequeñas cantidades nos evitaría el malestar. Este argumento se basa en similitudes en los síntomas para ambas condiciones pero la mayoría de los datos sugiere que la resaca es un fenómeno completamente diferente de la abstinencia. Beber más alcohol al día siguiente podría temporalmente hacernos menos conscientes de los síntomas de la resaca pero no hace nada por resolver los problemas fisiológicos subyacentes y, por supuesto, puede llevar a otra resaca.

Otro posible origen del mito es la intoxicación con metanol. Durante el proceso de obtención de las bebidas alcohólicas, además del etanol, se generan otros compuestos residuales, como el metanol que también se metaboliza en el hígado, esta vez a formaldehído, una sustancia tóxica responsable de algunos de los síntomas de la resaca.

Tomar más bebida alcohólica haría que el etanol desplazara al metanol en su metabolización, dando más tiempo a que este último sea eliminado intacto por nuestro organismo (de hecho, una solución estándar a la intoxicación con metanol es la administración intravenosa de una solución de etanol al 10%). Sin embargo, esta aparente solución de seguir tomando lo único que hace es retrasar el mal momento: al tomar más bebidas alcohólicas estaríamos nuevamente incorporando metanol a nuestro organismo. Es el cuento de nunca acabar. 

¿Y entonces?

Si más alcohol (en forma de cerveza o de cualquier otra bebida) no sirve, ¿hay algo que podamos hacer para remediar la resaca? La respuesta corta es que no. La larga es que, pese a que abundan las supuestas curas, la evidencia de su eficacia es pobre.

A lo sumo, podemos tomar agua para evitar la deshidratación (que si bien no es la causa de la resaca es una consecuencia del consumo excesivo y puede desencadenar síntomas como el dolor de cabeza), no fumar (porque afecta la gravedad de la resaca) y comer frutas y verduras para recuperar electrolitos e hidratarnos.

Así que no se entusiasmen: el mito de beber más cerveza es sólo una excusa para seguir empinando el codo. De lo único que estamos seguros por el momento es que a mayor cantidad de alcohol consumida,  peor la resaca y de que la solución más eficaz para evitarla es la más obvia: no tomar alcohol.

Actualización 06/05/2022: se actualizó la nota con la última evidencia disponible sobre el tema

Fecha de publicación original: 26/12/2016

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Comentarios

  • Enrique Alastuey28 de diciembre de 2016 a las 2:24 pm¡Muy interesante el artículo! destaco: ..."la teoría más convincente hasta el momento es que gran parte de los síntomas de la resaca resultan de la acumulación de un compuesto tóxico para nuestro organismo llamado acetaldehído".

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