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¿Qué fue el Plan Bonex?

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Fue el canje de depósitos en australes a plazo fijo por bonos externos, aprobado por un Decreto de Necesidad y Urgencia dictado en 1990 durante el gobierno de Carlos Menem. 
  • El “Bonex 89” -así se llamaba el bono que recibieron los ahorristas- tenía vencimiento a 10 años, en 1999, y fue implementado por el ministro de Economía Antonio Erman González en un intento por combatir la hiperinflación. 
  • Economistas consultados por Chequeado destacaron que el impacto de la medida fue “muy negativo” en los ahorristas y provocó un shock que paralizó la economía.

El Plan Bonex (por “Bonos Externos”) fue un programa implementado durante el primer gobierno de Carlos Menem (Partido Justicialista), en enero de 1990, que consistió en el canje de depósitos en australes a plazo fijo por títulos de deuda pública, cuyo vencimiento estaba previsto a 10 años, en 1999. 

Un repaso por los principales hitos de este plan: en qué consistió, cuál era el contexto político y social, quiénes fueron los protagonistas y qué pasó después. 

En qué consistió el Plan Bonex

El canje incluyó depósitos -en su mayoría a 7 o 30 días- que excedían el millón de australes (equivalente a US$ 555), de manera obligatoria, según estableció el Decreto de Necesidad y Urgencia N°36/1990. A cambio, los tenedores recibieron un bono a 10 años.

Se dispone que el reintegro que las entidades financieras deban hacer a titulares de depósitos cuando sean superior al millón de australes se hará a partir de esa suma en Bonos Externos (Bonex) 1989”, estableció el decreto firmado por Menem y el entonces ministro de Economía, Antonio Erman González

La medida fue judicializada y luego ratificada por la Justicia. Ante el reclamo iniciado por ahorristas damnificados, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el fallo “Peralta”, determinó que la situación de emergencia justificaba la decisión

“Procede reconocer la validez constitucional de una norma como la contenida en el Decreto N° 36/90, dictada por el Poder Ejecutivo Nacional, condicionado (…) porque ha mediado una situación de grave riesgo social, frente a lo cual existió la necesidad de medidas súbitas del tipo de las instrumentadas en aquel decreto, cuya eficacia no parece concebible por medios distintos a los arbitrados”, señaló el fallo del máximo tribunal.

Qué ocurría en 1989

En julio de ese año, Menem había asumido la Presidencia de la Nación con 5 meses de anticipación debido a la renuncia de Raúl Alfonsín (Unión Cívica Radical), quién se alejó del gobierno en medio de una hiperinflación y una convulsión social, que incluyó saqueos a comercios. 

En términos macroeconómicos, la Argentina atravesaba un momento difícil: la inflación terminó en 1989 cerca del 5000% anual; y se registró una devaluación de casi el 80% en diciembre de ese año

La tasa de interés para plazos fijos a 7 días ascendió del 12% mensual en enero a 138% mensual en junio, promediando para el semestre el 59,6%. Para el segundo semestre, el promedió fue del 17,3%, lo que resultó en tasas reales negativas en medio de la aceleración de la inflación que comenzó a darse en diciembre de ese año. 

Fue en ese momento que el Gobierno implementó el Plan Bonex, con el objetivo de disminuir la cantidad de australes en circulación para evitar que se destinaran a la compra de dólares y desarmar una montaña de vencimientos de plazos fijos.

“En esos años previos, las autoridades habían recurrido al sistema financiero para hacer frente a sus propias dificultades presupuestarias, por lo que se volvió común tratar de esterilizar la expansión monetaria mediante el aumento de los encajes obligatorios [N. de la R.: porcentaje de los depósitos que tienen los bancos comerciales y deben mantener inmovilizados en una cuenta en el BCRA] en el sistema bancario, para que los bancos pudieran mantener un equilibrio operativo”, destacó Roque Fernández, economista y ex vicepresidente del Banco Central (octubre a noviembre de 1989), en un documento al que tuvo acceso Chequeado.

La creciente inflación y las altas tasas nominales de interés generaron una creciente expansión monetaria en el periodo siguiente. Esto desencadenó la hiperinflación, que se intentó frenar con el Plan Bonex, puesto en vigencia el 2 de enero de 1990.

El impacto de la medida sobre el público fue muy negativo porque se mantenía la ilusión de que los bancos tendrían la capacidad de pagar al vencimiento el 100% de los depósitos”, planteó Roque Fernández en el documento.

Los protagonistas

Erman González había sido el vicepresidente del Banco Central entre julio y septiembre de 1989 y conocía la dinámica del problema. Por eso, al asumir como ministro de Economía en diciembre de ese año, evaluó la idea del Plan Bonex. 

El economista Javier González Fraga, ex presidente de BCRA entre julio y noviembre de ese 1989 (renunció por no estar de acuerdo con instrumentar el Plan Bonex, que comenzaba a delinearse en ese momento), recordó en diálogo con Chequeado aquellos días en los que finalmente se anunció el canje. 

“En medio de un caos hiperinflacionario, el país tenía un serio problema cuasifiscal (intereses pagados por el BCRA) porque la autoridad monetaria colocaba Letras del Tesoro que tenía por financiamiento del déficit y retribuía encajes muy altos en los depósitos con tasas altísimas”, destacó. Y agregó: “Mi propuesta era realizar un fuerte ajuste fiscal y me oponía a la idea de la reprogramación de depósitos”. 

Para González Fraga, el Plan Bonex fue “un tremendo shock deflacionario que paralizó la economía, ya que los Bonex cotizaban al 30%, por lo que el público perdió el 70% de sus ahorros y de su liquidez. Y entonces empezaron a introducir excepciones, que provocaron un rebote inflacionario, además de arbitrariedades y corrupción”. 

Los ahorristas damnificados también tuvieron protagonismo en esta etapa. En muchos casos, se trataba de trabajadores asalariados que tenían depositados sus salarios en un plazo fijo a 7 días en un intento por no perder poder adquisitivo en medio de la fuerte inflación (en diciembre de 1989 el aumento generalizado de precios llegó al 44% mensual) y retiraban semana a semana lo que iban a utilizar para sus gastos diarios. 

El después 

Poco más de un año después del anuncio del Plan Bonex, el ministro Antonio Erman Gonzalez presentó su renuncia debido a que, con su gestión, no pudo evitar que la inflación aumentara nuevamente en 1990, luego de un período inicial en el que se logró contener el aumento de precios.

Fue sucedido por Cavallo, quien al asumir en 1991 desarrolló un plan económico basado en la dolarización, la apertura comercial y financiera, y las reformas estructurales. 

En este contexto, en abril de 1991 introdujo una nueva moneda, el peso convertible, con la promulgación de la Ley de Convertibilidad N°23.928. Nacía la paridad un peso, un dólar.

Fecha de publicación original: 10/08/2022

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Comentarios

  • Sergio Lazarte AP1556 CNV11 de agosto de 2022 a las 6:32 pmMuy buena nota para analizar el pasado, de largo plazo, Argentina siempre usa las mismas fórmulas, quizás son diferentes las formas, los tiempos, el compás económico, pero siempre volvemos a repertir errores del pasado. Hoy no volcamos porque los bancos y empresas corporativas en la hiperinflación de Alfonsín tuvieron un costo de oportunidad muy alto, los bancos llegaron a perder el excelente negocio de las tarjetas de crédito donde los comercios no las aceptaban. Sin lugar a dudas estamos hoy viviendo la hiperinflación de Alfonsín en cámara lenta, ésa hiperinflación fué quizás muy dura pero duro apenas 2 años, en cambio éste proceso inflamatorio puede durar años y décadas, salvo que los argentinos nos unifiquemos y empecemos a amar a nuestra querida tierra Argentina.
  • Gustavo Bertolani22 de octubre de 2022 a las 1:19 pmArgentina siempre juega al "Estanciero"...ese juego con billetes que no sirven. Los problemas son siempre ciclicos, recurrentes y aplican mismas recetas. El problema argentino no es economico (porque la economia real es muy pobre: saldo favorable en balanza de pagos, valor agregado en la cadena de comercializacion, trabajos productivos, etc), sino que es financiera: el que tiene un "papel" (billete) lo quiere reproducir fictisiamente (ej tasa de interes). Claro, todos nos queremos cubrir, pero todo sabemos que es una gran mentira. Que haya un nuevo corralito, corralon, plan bonex o como quieran llamarlo es solo una cuestion de tiempo, que solo dependera de algun grado de maniobra del politico de turno. Todos los que nos comimos un plan bonex y/o corralito sabemos de que hablamos. Y vamos a estar solos otra vez.... Esta pelicula ya la vi antes, por ese privilegio de la edad que me otorga.
  • Daniel16 de noviembre de 2022 a las 8:46 pmRaro que salgan a reflotar la imagen del robo del Plan Bonex en este momento, o no tan inocentemente se pone en la opinión pública. Todos los que participaron de ese desfalco deberían haber ido presos, pero lado el Poder judicial siempre fue cómplice de los grandes robos de la historia y lo siguen siendo.

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