Incendios en el Delta: por qué se producen y cuáles son los principales factores que influyen

La Argentina vuelve a estar afectada por los incendios, otra vez. Son 3 las provincias que registraron esta semana focos activos: Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, según el último reporte del Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF). En el caso de Santa Fe, la situación está “controlada”.

La alta presencia de humo en la ciudad de Rosario -que afectó severamente la calidad del aire, según un estudio del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR)– provocó que activistas convoquen a una marcha para este miércoles en el Monumento a la Bandera.

Desde el Gobierno nacional presentaron una denuncia ante la Justicia para identificar a quienes originaron estos incendios, con pruebas de videos tomados por los faros de conservación (equipos de monitoreo ambiental y de comunicación para desplegar un plan de detección temprana y prevención de incendios) en los que se ve con “precisión temporal y geográfica el inicio de cada uno de los focos”.

El Ministerio de Ambiente de la Nación sumó información a la ya aportada sobre quemas intencionales en el Delta del Paraná ante el juez Federico Martín, a cargo del Juzgado Federal de Primera Instancia de Victoria, por la causa que investiga los incendios en el territorio de Entre Ríos.

“Hace 10 días entregamos los registros de mayo, junio y mitad de julio, y mañana vamos a entregarle los registros del 15 de julio en adelante; focos georreferenciados. Le pedimos a la Justicia que cruce esa información con los datos catastrales, y es 2 más 2. Así se puede identificar quién es el dueño del campo y quién lo arrienda”, explicó Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental, que depende del Ministerio de Ambiente nacional, en diálogo con Radio con Vos.

Imágenes capturadas por el sistema de monitoreo donde queda registrado como una persona inicia un fuego intencional en la zona.

En relación a las causas judiciales, el Ministerio Público Fiscal de Corrientes anunció en febrero último que se abrieron más de 70 causas por denuncias de incendios rurales intencionales a principios de 2022. De todos modos, ante la consulta de Chequeado en julio último, desde el Ministerio Público Fiscal de esa provincia señalaron que sólo una causa obtuvo sentencia.

Pero, ¿cuáles son las principales causas de estos incendios? ¿Qué fenómenos ambientales influyen? Un repaso por los principales puntos.

El más importante: el factor humano

Según datos del Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF) del Ministerio de Ambiente de la Nación, en el 95% de los casos los incendios son provocados por la acción humana.

Leonel Mingo, coordinador de la Campaña de Humedales de Greenpeace, explicó en diálogo con Chequeado que existen 2 tipos de modos intencionales para provocar los incendios. El primero se relaciona con una metodología de los sectores ganaderos y agropecuarios, “que todavía siguen considerando que la mejor manera de preparar la pastura para cierta temporada es con la quema”, según Mingo.

Fernando Miñarro, licenciado en Biología y director de Conservación de la Fundación Vida Silvestre, agregó que se trata de una “práctica de manejo tradicional que tienen aquellos productores que se dedican a la ganadería de cría, con el objetivo de lograr el rebrote y de esa forma aumentar la receptividad de esos campos, lo que se hace a fines del invierno para que haya un rebrote a partir de que se inicia la primavera”.

Es decir, el fuego es utilizado para eliminar vegetación de nulo valor para la práctica de la ganadería intensiva, aunque esencial para el desenvolvimiento del humedal.

El segundo modo, según Mingo, es la quema para ampliar la frontera agropecuaria y ganadera. “Esas son las 2 grandes razones en el Delta. En lo que es el norte de la Provincia de Buenos Aires, donde también hay parte del Delta, no se incendia pero a través de terraplenes sí se destruye el humedal para emprendimientos inmobiliarios”, agregó el especialista.

En diálogo con Radio con Vos, Federovisky agregó una tercera modalidad: la de los “cazadores furtivos” que aprovechan la bajante del río Paraná. “Se utiliza el fuego para abrir brechas e ingresar y ahí hay una simultánea condición de supervivencia por parte de algunos cazadores furtivos que lo hacen porque necesitan y la angurria de quienes los mandan para después comercializar cueros o pieles”, puntualizó.

Las sequías, la bajante del Paraná y el cambio climático

Federovisky explicó que hay fenómenos ambientales que contribuyen a esta situación, a pesar de que no son la causa principal de lo que está ocurriendo, como el cambio climático, la sequía y una bajante del río Paraná “histórica”.

“El Delta del Paraná es una zona de canales e islas, hay zona de pastizales y todo está cortado por canales de agua. Cuando hay bajante del río, esos canales de agua se secan. Desde 2020 hay una bajante, debido a la corriente de La Niña. Antes, si los humedales se incendiaban de manera intencional, el fuego se topaba con estos canales de agua y se frenaba. Ahora, esos canales están bajos [por eso] cada vez que hay un incendio tenés menos barreras naturales para que impidan que el fuego se frene”, explicó Mingo.

Esto, además de una sequía muy fuerte, deriva en grandes superficies de humedales que se encuentran secos y con alta disponibilidad de biomasa y material combustible, lo que aumenta el peligro de ocurrencia de grandes incendios, explica el Ministerio de Ambiente.

Según datos del SNMF, desde enero de 2020 a la fecha se vieron afectadas por el fuego cerca de 600 mil hectáreas, con aproximadamente 100 mil hectáreas quemadas en 2021.

En todo el 2022, según datos del Museo Regional de Ciencias Naturales A. Scasso obtenidos a partir de imágenes satelitales, se registraron más de 6 mil focos de calor en el Delta del Paraná, superando los promedios mensuales.

El reclamo por el delito penal y el ordenamiento del territorio

Las organizaciones civiles reclaman la tipificación de los incendios como un delito penal. “No es solamente sancionar una ley de humedales, sino sancionar una buena ley de humedales. El castigo por violar un delito no puede ser una multa económica”, explicó Mingo.

El reclamo del delito penal también se exige para los bosques y los desmontes, pero como se explica en esta nota, las organizaciones denuncian la falta de voluntad política para hacerlo. “Lo que estamos reclamando incorporar en la Ley de Bosques y en la nueva de humedales es que se incluya la figura de delito penal”, agregó Mingo.

Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) también reclamaron la aprobación de una ley que proteja a los humedales y reiteraron su apoyo al proyecto consensuado por la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de Diputados en 2020. “Los incendios nuevamente se recrudecen en el Delta del Paraná y otras regiones del país, y así se vienen sosteniendo por meses y años, ante la total desidia de las autoridades competentes a todos los niveles”, reclamaron.

Además, Miñarro mencionó la falta de políticas de ordenamiento ambiental del territorio, para definir “dónde, cuándo y cómo hacer las actividades humanas en los distintos ecosistemas de nuestro país, y cuáles son aquellas actividades que mejor se adecúan al uso sustentable y a la conservación de ese ecosistema”.