Claves para entender el caso Papel Prensa
Las siguientes preguntas y respuestas pretenden echar luz sobre el grave conflicto que enfrenta al Gobierno con los dos principales diarios nacionales del país. Ambas partes recurren a ciertas explicaciones acerca de sus respectivas posiciones y recurren constantemente a conceptos como “libertad de prensa” y “seguridad jurídica”, en contraste con “derechos humanos” y “monopolios”. Sabemos que es posible que en ambos casos tales argumentos sean más exclamativos que un compromiso cierto con lo declamado. Aún así, la modesta misión que nos proponemos en Chequeado.com en este caso, y en todas las notas de nuestra sección “El Explicador”, es presentar ordenadamente esos argumentos, contrastarlos entre sí y, con los datos disponibles, ofrecer al lector una visión que pretende ser objetiva y didáctica.
¿Qué es Papel Prensa?
Es una empresa dedicada a la producción de papel para los diarios. Durante décadas, los diarios argentinos dependieron del papel importado, lo que aumentaba costos y traía enormes inconvenientes de abastecimiento. Papel Prensa –cuyo emprendimiento original data de los años del presidente de facto Juan Carlos Onganía, a fines de los 60-, se creó para sustituir las importaciones de papel de diario. Tal objetivo se logró a partir de 1978, cuando se puso en marcha su planta, ubicada en San Pedro. La empresa es controlada en un 49% por el diario Clarín, un 22% por el diario La Nación y un 27% por el Estado Nacional. Produce, según datos propios, 170.000 toneladas de papel por año y abastece a 130 clientes de todo el país.
¿Por qué se discute tanto sobre Papel Prensa?
Porque la empresa está envuelta en un enfrentamiento entre el Grupo Clarín y el Gobierno Nacional. También está involucrado el diario La Nación. El conflicto por la empresa se desarrolla en un contexto muy tenso, en el cual los diarios acusan al Gobierno de autoritario y de intentar avanzar sobre la libertad de expresión, a la vez que el Gobierno acusa al Grupo Clarín y a La Nación de mentir y, directamente, operar para desprestigiarlo, en defensa de sus intereses corporativos. Internamente, existe una guerra desatada entre los directores que representan a Clarín y La Nación, y los representantes del Estado Nacional; entre ellos, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. No es de desdeñar que cuestiones puramente patrimoniales estén en juego o sean utilizadas también como instrumentos en la puja planteada.
En concreto, ¿cuáles son las principales controversias respecto de Papel Prensa?
Se basan en dos puntos principales. Por un lado, en la compra supuestamente fraudulenta de la parte mayoritaria de la empresa por parte de los diarios, en connivencia con el Estado, en noviembre de 1976, durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, cuando era presidente Jorge Rafael Videla. Por otra parte, en el manejo monopólico de la empresa, que provoca una competencia desleal entre Clarín y La Nación respecto de los otros diarios. Para Clarín y La Nación las acusaciones encubren el deseo del Gobierno de controlar la empresa y, así, ejercer presión sobre los medios que dependen del papel, y condicionar la libertad de prensa.
¿Cómo fue adquirida Papel Prensa?
Desde su origen, a fines de los años 60, la puja por la posesión de la empresa parece estar plagada de manejos oscuros. Incluso se han denunciado maniobras con complicidad del Estado para presionar al grupo Civita –antiguo dueño de la papelera junto con el Estado- con el fin de lograr el traspaso de acciones al grupo Graiver, concretado a principios de los 70. La historia difundida por Clarín y La Nación dice que para 1976 la mayoría accionaria de la empresa pertenecía a la familia Graiver, con negocios e inversiones en bancos, principalmente y conexiones tanto con los militares como con el grupo Montoneros. El titular del grupo, David Graiver, murió en un accidente de aviación en México, en agosto de 1976 –para algunos, sospechoso-, lo cual aceleró la caída de las empresas del holding, que ya sufría problemas con sus finanzas. El hermano de David Graiver y la viuda –Lidia Papaleo- quedaron a cargo de las empresas. El 2 de noviembre de 1976, mientras el grupo intentaba desprenderse de otras firmas propias para afrontar deudas, se firmó el traspaso accionario de Papel Prensa a una sociedad llamada Fapel, integrada por los diarios Clarín, La Nación y La Razón (esta última publicación quebraría años más tarde, pasando su porción de las acciones al Grupo Clarín).
¿Se trató de una venta irregular?
Para los medios dueños de la empresa, la venta fue completamente limpia y transparente. Sin embargo, el proceso presenta puntos oscuros. El más grave se dio a conocer recientemente, cuando Lidia Papaleo de Graiver reveló que firmó el traspaso de acciones bajo presiones y amenazas. Uno de los puntos salientes es su denuncia al CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, al que acusó de haberla amenazado directamente. Según la viuda de Graiver, Magnetto le dijo que, de negarse a firmar el traspaso accionario, correría peligro su vida y la de su pequeña hija. Otro punto controversial es que la venta siguió su curso, pese a que el juez nunca convalidó el proceso que incluía el traspaso de acciones que correspondían a la hija de David Graiver, entonces menor de edad. Muy pocos días después de efectuado el último trámite del traspaso accionario, a principios de 1977, un grupo de tareas secuestró a la viuda de Graiver, que fue torturada y violada, lo que le provocó secuelas graves; entre ellas, un tumor cerebral a causa de los golpes, por el que fue operada, luego, en la cárcel. La misma suerte corrieron otros miembros de la familia Graiver y allegados al grupo. En los últimos días, Clarín y La Nación publicaron textos de Gustavo Caraballo, un ex funcionario del último gobierno de Perón, y de Isidoro Graiver, hermano de David, en los que desmienten categóricamente que la venta de Papel Prensa haya sido fraudulenta o incluyera presiones o amenazas. Sin embargo, el diario Tiempo Argentino acusó a este último de contradecirse, a raíz de declaraciones en sentido contrario que había efectuado a dicho matutino, días atrás.
¿Por qué fueron secuestrados los Graiver, si Papel Prensa ya había sido vendida?
No está claro. Se suele asociar el secuestro a la posible relación que existía entre el grupo y los Montoneros. Sin embargo, también existen posturas como la hoy sostenida por el Gobierno y sectores afines a él, que sostienen que no es posible separar los secuestros y torturas sufridos por los miembros del grupo, de la venta de Papel Prensa, y también aluden al supuesto amedrentamiento para evitar reclamos futuros.
¿Es creíble la versión de Lidia Papaleo? ¿Por qué habla recién ahora?
La versión es, en principio, verosímil, dadas las circunstancias de la época en que ocurrieron los hechos, pero será la Justicia la encargada de determinar si es verdadera. Está probado que la apropiación de bienes bajo torturas y amenazas fue moneda corriente durante los años de la dictadura militar; en especial durante los primeros tiempos. Es cierto también que los diarios dueños de Papel Prensa fueron, en general, complacientes con el gobierno militar y no denunciaron los abusos que se producían durante aquellos primeros años. Pero ello no necesariamente implica que tal cosa haya ocurrido en este caso particular. En cuanto a por qué Lidia Papaleo habla recién ahora, no parece estar claro. Ella dice que hasta este momento no sentía que hubiera un marco adecuado para hacerlo.
¿Es cierto que Clarín y La Nación utilizan Papel Prensa para su propio provecho y en desmedro de la competencia?
El papel es un insumo fundamental para los diarios. La empresa tuvo durante décadas un manejo monopólico del papel, situación que fue denunciada por numerosos periodistas, de diferentes extracciones políticas y en distintas épocas. Entre ellos, se cuentan Julio Ramos, Jorge Lanata y Jorge Fontevecchia. Papel Prensa cobraba un precio diferencial a sus propios dueños, notablemente más bajo que a la competencia, que no tenía más remedio que recurrir a esta empresa para abastecerse del insumo. Además, imponía limitaciones en el abastecimiento. Hoy existe la posibilidad de importar papel libre de aranceles, pero sigue siendo más costoso que el producido localmente.
¿Existieron causas judiciales relacionadas con Papel Prensa?
Existieron en relación a distintos hechos, en distintas épocas de la empresa, desde la venta original de la familia Civita a los Graiver, y estuvieron sospechadas de irregularidades. La más importante, en los años 80, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, a partir de la quiebra del diario La Razón, uno de los accionistas de Papel Prensa. Entonces, el juez a cargo, Héctor Foigel López, dispuso la venta de las acciones de Papel Prensa en poder de La Razón a Clarín. La Cámara de Apelaciones, entonces, acusó a Foigel López de haber cedido las acciones a un precio vil. Igual tesitura adoptó la Corte Suprema, que tras afirmar su “convicción inequívoca de una conducta grave”, acusó al juez de “magistrado indigno” y propuso su juicio político. Sin embargo, cuando llegó el caso al Parlamento, el diputado justicialista Alberto Balestrini propuso enjuiciar a la Cámara de Apelaciones. El caso se estancó. En febrero de 1988, un dictamen de la Fiscalía a cargo de Ricardo Molinas, determinó, entre otras irregularidades, que el grupo Graiver usaba testaferros para adquirir acciones Clase A desde 1973 hasta la oscura muerte de David Graiver en 1976, violando el pliego de condiciones. Se acusaba allí a la Junta Militar de encubrimiento y omisión de denuncia por la transferencia de acciones de los Graiver a Clarín, La Nación y La Razón apenas un mes antes de la desaparición de los herederos Graiver, hasta que la transacción quedó cerrada. La causa prescribió debido a su parálisis, cuatro años más tarde.
¿Qué persigue el Gobierno al avanzar tan duramente sobre el tema?
Existen dos planos. Por un lado, es indiscutible la obligación del Estado de investigar y echar luz sobre posibles ilícitos de extrema gravedad que pudieron haberse producido en el marco del último gobierno dictatorial, con actores, aún hoy protagónicos. Sin embargo, a nadie escapa que este avance está ligado a la disputa que el Gobierno mantiene con el Grupo Clarín. En ese sentido, las posturas están divididas. Para los medios opositores, el Gobierno intentará apropiarse de Papel Prensa para controlar los medios escritos. Si fuera así, debería, además, para ejercer un control efectivo, prohibir o arancelar fuertemente la importación de papel (en varios sentidos, Clarín y La Nación gozaron de este privilegio durante décadas). El Gobierno, además, busca encuadrar los presuntos delitos cometidos durante la venta de Papel Prensa en la figura de crímenes de lesa humanidad, lo que podría resultar en graves condenas tanto al CEO de Clarín, Héctor Magnetto, como al titular de La Nación, Bartolomé Mitre. Por lo pronto, mediante un acto transmitido por cadena nacional, el Ejecutivo presentó el martes 25 de agosto un informe de más de 20.000 folios, e inició una querella en la Justicia. Luego, decidió incluir al Parlamento en el tema del manejo futuro del papel para diarios, para lo cual enviará un proyecto de ley al Congreso con el objetivo de declarar “de interés público” la producción de papel, lo cual le permitiría al Estado regular el mercado de este insumo.
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