¿Sirve desconfiar o necesitamos aprender habilidades de pensamiento crítico?
En la pantalla de su computadora o celular, 715 personas de entre 18 y 75 años se encuentran con 34 noticias. Las noticias van apareciendo sucesivamente y los participantes de esta actividad tienen la consigna de clasificarlas como verdaderas o falsas. En algunos casos, la pantalla sugiere que se tomen un tiempo antes de decidir, o bien impide hacer click hasta que no hayan pasado algunos segundos. Este experimento forma parte de una investigación que realizó Chequeado junto a investigadores de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Torcuato Di Tella y el CONICET, y cuyos resultados se presentaron recientemente en el Congreso de la Sociedad Argentina de Neurociencias. Las preguntas que el experimento intentaba responder eran 2:
- ¿Resulta más difícil identificar una noticia como falsa si eso va en contra de nuestra posición política?
- ¿Tomarse unos segundos antes de responder aumenta las chances de identificar correctamente si una noticia es verdadera o falsa?
Las respuestas que obtuvimos se las cuento más abajo, pero primero quiero centrarme en otra cosa: los participantes del experimento tenían la consigna de identificar noticias falsas y verdaderas. Estaban atentos a eso. Seguramente tenían su espíritu crítico a flor de piel. Y, sin embargo, más del 30% de las veces, los participantes se equivocaron. En aproximadamente 3 de cada 10 noticias, pensaron que eran verdaderas cuando en realidad eran falsas, ¡o pensaron que eran falsas cuando eran verdaderas! Estar atentos no alcanza. Desconfiar no es suficiente (e incluso puede ser contraproducente) aún cuando sabemos que la desinformación es un fenómeno masivo y preocupante.
¿Y entonces, qué hacemos?
Por supuesto, el problema es complejo y requiere múltiples abordajes. Pero uno de ellos tiene que ver con nuestra educación: para identificar información falsa y, en términos más generales, para identificar información confiable, analizarla críticamente, producirla y comunicarla, es imprescindible que los ciudadanos y ciudadanas aprendamos, además de conocimientos fundamentales sobre diferentes temas (historia, economía, ciencias naturales, medios de comunicación, y un largo etcétera), habilidades de pensamiento crítico vinculadas con los datos y la información. Por eso, este año, el lema de la Semana Mundial de Alfabetización Mediática e Informacional organizada por UNESCO es “Resistir la desinfodemia: Alfabetización Mediática e Informacional para todos y por todos”. Desde el Programa de Educación de Chequeado, algunas de las habilidades que priorizamos son:
- Diferenciar hechos, datos, opiniones y creencias.
- Reconocer características comunes de contenidos virales falsos.
- Evaluar la calidad de una fuente de información en base a una serie de criterios.
- Dada una imagen o un texto, identificar el contexto en el que fue publicado por primera vez.
- Reconocer la falta de información o conocimiento sobre un tema.
- Reconocer las falacias lógicas más comunes.
- Identificar los sesgos cognitivos más frecuentes, especialmente los propios.
- Comunicar sin temor cuando nos damos cuenta que compartimos una información falsa, y avisarle a otros cuando la recibimos.
- Formular distintos tipos de preguntas.
- Producir y analizar datos.
- Formular conclusiones basadas en evidencia.
Estas habilidades no se desarrollan de forma espontánea, necesitamos aprenderlas. Y, para ello, se necesitan estrategias didácticas que permitan enseñarlas en escuelas y otros ámbitos, porque sabemos que tampoco alcanza con enunciarlas.
Chequeado es una organización con una fuerte misión educativa: trabaja desde 2010 en la verificación del discurso público, la promoción del acceso a la información y la apertura de datos, la formación de periodistas y la alfabetización mediática e informacional de la ciudadanía. El área de Medios (la Redacción) pone en cada nota todas las fuentes y datos a disposición de la comunidad. Queremos que los lectores no se queden con la conclusión del “verdadero” o “falso”, sino que también conozcan el proceso por el cual se llega a esa conclusión: cuándo y dónde se publicó la desinformación original, qué alcance tuvo y cuáles son los datos que sustentan o desmienten las afirmaciones hechas por líderes políticos, contenidos virales o publicaciones de otros medios de comunicación. Queremos, en definitiva, que los lectores puedan ejercer su derecho a la información, chequear por sí mismos y exigir a sus líderes afirmaciones (y políticas) basadas en buenos argumentos y evidencias.
En Chequeado tenemos dos líneas principales de trabajo en educación. Por un lado, trabajamos en la educación de periodistas, estudiantes de Periodismo y Comunicación y chequeadores de la Argentina y de toda la región. Por otro lado, desarrollamos recursos y proyectos que buscan formarnos como ciudadanos en las herramientas que nombramos más arriba. En definitiva, aportamos a la alfabetización mediática e informacional de la ciudadanía.
A continuación te contamos algunas actividades que hacemos:
Como los sistemas educativos tienen un rol irremplazable para lograr este propósito:
- Participamos de la Reunión Consultiva sobre Alfabetización de Medios e Información (AMI) organizada por UNESCO para la actualización del Curriculum para profesores de Alfabetización Mediática e Informacional junto a otros especialistas de la región.
- Hacemos charlas en escuelas secundarias.
- Producimos recursos para docentes.
- Diseñamos secuencias didácticas sobre infodemia para hacer actividades virtuales y/o sin conexión a internet en primaria y secundaria. También incluyen recursos en lengua de señas.
- Formamos a adolescentes que participan en modelos de ONU.
Pero como también aprendemos fuera de la escuela y durante toda la vida:
- Desarrollamos cursos sobre temáticas específicas, como “Género y datos”.
- Producimos documentos sobre la infodemia en América Latina y el Caribe.
- Desarrollamos proyectos para abordar el problema de la desinformación en personas mayores.
- Realizamos charlas y talleres en todo tipo de instituciones.
Si te interesa mantenerte informado sobre las actividades y proyectos que llevamos a cabo desde el Programa de Educación, inscribite en este formulario o escribinos a educacion@chequeado.com.
Y, ahora sí, las respuestas al experimento:
- Efectivamente, nos cuesta mucho más identificar una información falsa cuando es acorde a nuestra posición política (y ocurre en ambos lados de la grieta). Estos resultados se repiten en numerosas investigaciones en todo el mundo: tendemos a favorecer nuestras propias creencias. Se llama sesgo de confirmación y nos invita a ser más críticos con nosotros mismos y exponernos a voces diversas.
- Pareciera que hacer una pausa antes de compartir, no alcanza. De nuevo creemos que, en este caso, no es solo una cuestión de actitud: necesitamos transformar el espíritu crítico en aprendizajes y prácticas específicas.
¡Esperamos conversar en los comentarios de aquí abajo! ¿Qué opinás sobre “desconfiar”? ¿Qué estrategias usarías para aprender o enseñar habilidades de pensamiento crítico?
Comentarios
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